Disfagia. Cuando comer es un problema.
Es bien sabido que la
alimentación es muy importante para la salud y la supervivencia
humana. Pero, más allá de eso, es un comportamiento social que se
da con frecuencia en nuestra vida. Todos tenemos o hemos tenido cenas familiares,
celebraciones especiales, eventos o cualquier plan con amigos, como
“tomar una cerveza, almorzar o cenar”.
Sin embargo, algunas
personas se ven obligados a emplear dietas determinadas y, esto, no
les permite realizar planes relacionados con la alimentación.
Aquellos que presentan este tipo de problemas, suele ser debido a la
disfagia.
¿Qué es la disfagia?
El término “disfagia” se
define como cualquier problema que surge desde el momento en que los
alimentos se introducen en la boca hasta que pasan al estómago.
Puede tratarse de una molestia, dolor, e incluso de un bloqueo
completo de los alimentos.
Esto implica un retraso en el tiempo de
paso del alimento desde la cavidad oral al estómago, así como la
posibilidad de que el alimento pueda ser dirigido hacia la vía
aérea, lo que daría lugar a una aspiración del contenido
alimenticio.
¿Hay distintos tipos de disfagia?
Existen distintos tipos de disfagia, pero nos centraremos en hablar de la disfagia orofaríngea.
La disfagia
orofaríngea se
define como la
dificultad en el paso del bolo alimenticio entre la boca y el
esófago. Puede deberse a alteraciones en el manejo de la saliva, en
la masticación y en la propulsión del bolo en el inicio de la
deglución. Este tipo de disfagia se caracteriza porque los pacientes
presentan problemas en la preparación del alimento, así como en el
manejo de líquidos. A su vez, pueden aparecer síntomas como la
regurgitación nasal, tos y alteraciones en el habla.
Este tipo de trastornos
deglutorios pueden conducir a dos tipos de complicaciones,
relacionadas con la alteración de las características más
importantes de la deglución: la
eficacia y la seguridad.
Los síntomas que indican una alteración de la seguridad son:
Los síntomas que indican una alteración de la seguridad son:
- La presencia de tos.
- Cambios en la voz, haciendo que suene como "húmeda".
- Bajada de la saturación de oxígeno en sangre con respecto a lo normal en el paciente, que puede ser un signo de aspiración. (signo de aspiración).
- Un cierre de los labios inadecuado durante la alimentación.
- Presencia de residuos de comida en la boca.
- Deglución fraccionada.
- Residuos de comida en la faringe.
Si durante la exploración, el
paciente presenta algunos de estos signos, se considera que el
paciente no será capaz de mantener un nivel nutricional y una
hidratación adecuados. El déficit en el aporte de nutrientes y
líquidos, pueden ocasionar deshidratación y desnutrición. Ambas
situaciones pueden repercutir en la calidad de vida de los pacientes,
y causar alteración de las habilidades para el desarrollo
de la actividad diaria habitual.
¿Y qué hay que hacer?
En estos casos es muy importante la rehabilitación
logopédica. Con ella, a través de ejercicios individualizados, se trabaja la musculatura implicada en la deglución a nivel sensitivo
y motor. Junto con una dieta adaptada a las necesidades de cada persona, se puede mejorar notablemente su calidad de vida.
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