Síndrome de ingesta selectiva
TRASTORNOS DE LA ALIMENTACIÓN EN LA INFANCIA
Hoy vamos a hablar de los trastornos del comportamiento
relacionados con la alimentación durante la infancia.
Cuando escuchamos las palabras trastornos de la
alimentación, enseguida nos vienen a la cabeza enfermedades como la anorexia o
la bulimia, pero dentro de esta categoría hay otras muchas afecciones menos
conocidas popularmente.
Los desórdenes alimenticios en los niños son bastante
frecuentes, suponiendo en muchos casos pérdida de peso y retraso en el desarrollo,
junto con la preocupación normal de los padres. Repercutiendo además en el rendimiento escolar
y las relaciones sociales.
Uno de los casos más habituales durante estas edades
tempranas es la ingesta selectiva, es decir, el niño rechaza alimentos de su
dieta por su textura, color o por un problema de conducta con el cuidador
principal. Este desorden recibe el nombre de síndrome de alimentación selectiva (ARFID), y afecta principalmente
a la infancia, aunque se puede prolongar durante la adolescencia.
En muchas ocasiones, ese rechazo se vuelve tan generalizado
que la ingesta queda reducida a un número muy pobre de alimentos, produciendo
en el niño déficits nutricionales importantes, así como consecuencias en su
crecimiento y desarrollo.
La manera de prevenir que esto suceda con nuestros hijos es
siguiendo una serie de pautas:
- · Establecer una rutina, en la que se comerá cada 4-5 horas y en un lugar fijo. El momento de la comida tiene una duración determinada, que el niño deberá conocer.
- · Convertir los momentos de comida en situaciones agradables y relajadas (comiendo en familia en la medida que se pueda, evitar hacerlo con la televisión o con otros distractores, aprovechar el momento para hablar acerca de cómo nos ha ido el día, etc.)
- · No castigar ni enfadarnos si el niño se niega a comer ciertos alimentos.
- · No imponer aquellos alimentos no deseados, intentar introducirlos en la dieta poco a poco mediante el juego o, incluso, “disfrazándolos”.
- · Actuar como modelos, es importante que el niño vea que los alimentos que él rechaza son ingeridos por el resto de la familia sin ningún tipo de queja.
- · Incluir al niño en el proceso de elaboración de la comida, realizando por ejemplo recetas en familia. Esto permitirá que el niño experimente con diferentes texturas y sabores de una manera más lúdica.
- · Muy importante ser pacientes y constantes.
Como veis, el síndrome de alimentación selectiva no es un capricho infantil, no estamos ante
niños mal educados o consentidos, sino que es un problema multicausal, recogido
dentro del DSM V (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales).
Si el problema se generaliza en el tiempo, a pesar de seguir
las pautas indicadas, puede ser necesario acudir a un especialista que estudie
cuáles han podido ser las causas de dicho síndrome, y así poder actuar sobre
las mismas. En muchas ocasiones, este síndrome está asociado a problemas de
ansiedad, fobias, aspectos en el vínculo cuidador-niño, alergias, etc. En dicho
caso, será importante hacer frente a estos problemas para conseguir que el niño
tenga una relación sana con la comida, evitando posibles trastornos futuros vinculados
a la alimentación.
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