¿Se puede detectar la dislexia de forma temprana?

La dislexia es una dificultad específica del aprendizaje caracterizada por dificultades en la precisión y/o fluidez en el reconocimiento de palabras, así como deficiencias en la escritura y en las capacidades de codificación. Se estima que en torno al 5 % de los niños y niñas en edad escolar presentan dislexia.

Por lo general, la dislexia se suele detectar cuando se ha iniciado ya el aprendizaje escolar de la lectura y la escritura. Estos estudiantes destacan porque tienen capacidades cognitivas normales y un entorno escolar favorable, pero tienen serias dificultades a la hora de leer y escribir y, aunque se esfuerzan mucho, no terminan de adquirir estas destrezas. Esto les puede llevar a tener un cierto retraso en el desarrollo escolar, problemas de ánimo y autoestima, abandono o negación a la lectura… etc.


Pero… ¿Es necesario esperar a que las dificultades de lectoescritura aparezcan para intervenir?

Lo cierto es que no hace falta esperar a que aparezcan los problemas de lectura y escritura para empezar a trabajar.

En el libro “Dislexia, ni despiste ni pereza” de Cuetos, Soriano y Rello (2019) se expone que hay líneas de investigación y de intervención relacionadas con las llamadas “destrezas predictoras del aprendizaje lector”, unas habilidades que favorecen el aprendizaje de la lectura y la escritura.  Estas serían:

Conciencia fonológica, que consiste en identificar, segmentar o combinar de forma intencionada las palabras, las sílabas y los fonemas. 

Velocidad de nombramiento, que sería la capacidad de nombrar lo más rápido que se pueda estímulos visuales conocidos, tales como dibujos, números, letras, colores…

Conciencia prosódica, definida como la percepción de la melodía del lenguaje. Esta habilidad, por ejemplo, influiría en la percepción de la acentuación de las palabras.

Habilidades morfológicas, que serían el conocimiento consciente de la estructura de las palabras.

Vocabulario expresivo y comprensivo.

La evidencia científica muestra que, si aparecen dificultades en algunas de estas destrezas antes de iniciar el aprendizaje de la lectura y la escritura, aparecerán dificultades mayores cuando se inicie la enseñanza sistemática en la escuela. De hecho, existen ya herramientas y test de evaluación que nos permiten predecir si podrían aparecer problemas en el futuro para poder comenzar una intervención temprana.

La prevención es la mejor herramienta

Los autores coinciden no sólo en que la detección temprana nos sería muy útil, sino que también el abordaje temprano permite reducir el efecto que estas dificultades tendrían más adelante. 

Existen formas de acercarles la lectura y la escritura, tanto en casa como en el colegio, que nos pueden servir tanto para motivar como para ayudarnos a acercar la lectura y eliminar el efecto “negativo” que les pueda producir. Por ejemplo, en vez de leer un cuento con ellos en voz alta simplemente, les implicamos en el proceso pasando páginas, indicando dibujos y letras del texto, haciendo preguntas…

¿Cómo puedo saber si existen dificultades en lectura y escritura?

Lo mejor es consultar a un especialista que pueda asesorarte. En este caso, tanto logopedas como psicólogos están capacitados para asesorar, informar e intervenir sobre estos problemas.

Bibliografía consultada: 

Dislexia, ni despiste ni pereza. Cuetos, Soriano y Rello. (2019)

Psicología de la lectura. Cuetos (2008)

Manual de logopedia. Peña Casanova (2014)

Le cuesta aprender a leer. ¿Cómo ayudarlo?. Chaveau y Mayo (2004)


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